La idealización y las 18 cualidades de un maestro de Reiki

Entre las muchísimas cosas que se pueden encontrar en internet sobre Reiki, hay varias guías sobre las características y cualidades de un maestro de Reiki. Personalmente prefiero presentarme como instructora o facilitadora: esto se fundamenta en el simbolismo que muchas veces se le suele asignar al ``maestro´´ y que  es reforzado por ciertos textos como, por ejemplo, uno llamado “Las 18 cualidades de un maestro de Reiki” que plantea cosas como estas:

• Un Maestro es el monje más perfecto que existe, ya que no es condicionado al rango que otros le den, no está condicionado ni a la gloria, ni a la riqueza ni a la glorificación o desprecio. Él sabe que es un sirviente de DIOS y todo cuanto sucede en su vida y su alrededor ve la manos de DIOS. 
• Un Maestro, significa que es capaz de controlar la mente, el  estómago y los genitales. Si la mente, el estómago y los genitales lo controlan a él, deja de ser maestro de sí mismo. Si no se es, maestro de sí mismo, no puede ser maestro para nadie. 
•  Un Maestro ya no se preocupa por nada ni por nadie sino que se ocupa en y por la gente.
• Un maestro nunca ve defectos, no critica, no envidia, no tiene malos pensamientos para con nadie ni consigo mismo.
• A veces un maestro parece ser igual que una persona común, pero mental y espiritualmente todo está conectado con el SER SUPREMO. Come igual que pueda comer otra persona pero sus alimentos son naturales los ofrece al SER SUPREMO y cuando el maestro está en servicio al mundo y a DIOS, con su sola presencia sus alimentos son purificados.

Lamento dar esta noticia pero si alguien que se quiere iniciar en Reiki va a buscar una persona que cumpla las 18 características que allí se detallan, terminará con una gran frustración o siendo alumno de un gran mentiroso.  Primero que nada porque  no es que “un maestro parece ser igual que una persona común”, un maestro ES una persona común. Sí, tiene un camino anterior recorrido, tiene el conocimiento de una técnica y la capacidad para transmitirlo pero no deja de ser igual a su alumno: una persona que convive con el mundo y que interactúa con otros de forma constante, que tiene sus días mejores y peores y que vive aprendiendo de sí mismo y de los otros. En cambio, la figura que representa ese texto es una figura acabada, aislada de lo real de la vida.