En la entrada anterior dijimos que no hay límites en cuanto a lugares o momentos para aprovechar los beneficios de Reiki. Sin embargo hay un modelo o un tipo de sesión estándar : hoy vamos a ver cómo es o qué podemos esperar cuando asistimos a una.
En principio sepamos que el encuentro tendrá una duración de entre 40 y 60 minutos. Antes de comenzar, el reikista tal vez pregunte si ya conoce el método, si tiene algún dolor particular o algún otro dato que pueda ser útil o necesario. Es importante tomar en cuenta que el reikista no realiza diagnósticos, no "ve" si el receptor está bien o mal física o emocionalmente, no recomienda abandonar tratamientos o exámenes médicos y no hace futurología ni videncia. Durante la sesión la persona que recibe Reiki estará acostada o sentada, de acuerdo a la posición que le resulte más adecuada. En general es preferible que esté acostada para estar más relajada.
No es necesario sacarse la ropa pero muchas veces quitarse los zapatos brinda mayor comodidad.
El practicante irá poniendo sus manos en las diferentes partes del cuerpo del receptor: podrá posarlas o mantenerlas a distancia, también de acuerdo a la comodidad de quien recibe. No hay un tiempo establecido para cada posición, aunque muchas veces de acuerdo a la enseñanza occidental del método se hable de 3 a 5 minutos. En general el tratamiento se inicia por la cabeza pero esto también es variable.
El silencio es recomendable ya que nos invita a centrarnos en el disfrute del momento pero esto no es una regla y el receptor puede compartir sus sensaciones o comentar lo que guste libremente. De la misma forma debe sentirse libre si necesita ir al baño o si desea interrumpir la sesión por la razón que sea.